El 10 de octubre de 1967, el New York Post publicó una breve nota en su sección de obituarios. Se leía: “Joseph H. Pilates, de 86 años, culturista y creador del sistema de acondicionamiento físico Contrology … falleció ayer en el Hospital Lenox Hill …” (New York Post, 10/10/1967).
Así despedía al hombre que convirtió su fragilidad en método —tuvo una infancia marcada por el asma, el raquitismo y la fiebre reumática— y la disciplina en arte.
Antes de crear su famoso sistema, Pilates trabajó como cervecero, artista de circo e instructor de boxeo: oficios que, sin dudas, moldearon su particular concepción del cuerpo.

Pilates, recordaba el obituario que por su parte publicó The New York Times, estaba de gira por Inglaterra con una compañía de circo alemana, representando un espectáculo de estatuas griegas con su hermano, cuando estalló la Primera Guerra Mundial. Fue internado y, durante su estancia en el campo, enseñó lucha libre y defensa personal, y comenzó a idear su propio sistema de ejercicios.
Todavía circula en algunos medios y redes sociales la versión de que Joseph Pilates murió a causa de un incendio en su estudio neoyorquino.
Sin embargo, la historia fue desmentida por distintas fuentes cercanas. Un ejemplo parece constituirlo el testimonio publicado por BodyTech Pilates, basado en las declaraciones de Evelyn de la Tour, quien, según esta fuente, fuera amiga personal de Pilates:
“En 1965 hubo un incendio en el almacén del fondo de su piso. El estudio y el apartamento de él y Clara estaban en la parte delantera del edificio y no sufrieron daños… Al día siguiente del incendio, Joe fue a inspeccionar el alcance de sus pertenencias en el almacén y uno de sus pies se cayó por un agujero en el suelo, raspándose la pierna. Esa fue la gravedad de su lesión por el incendio. El incendio ocurrió en enero de 1966. La muerte real de Joseph fue en octubre de 1967.”
(Fuente: BodyTech Pilates)
La causa de su muerte parece haber estado más ligada a su gran afición por los puros, un gusto que contrasta con su filosofía de cuidado del cuerpo.
Se dice que alguna vez viajó a Cuba —quizás atraído por el arte del tabaco—, aunque no existen registros confirmados de aquel viaje. Hoy, debajo de su Estudio, funciona el bar cubano Guantanamera, y no deja de ser irónica la coincidencia: entre aromas de ron y tabaco aún resuena el eco del espíritu de Pilates.
Paradójicamente, fue ese mismo placer por el humo el que terminaría minando sus pulmones. “Para ser sinceros, no, Joe no murió en un incendio. Falleció de enfisema avanzado por fumar puros durante demasiados años…”, aclaran también en BodyTech Pilates.
A 58 años de su muerte, desde Transverso lo recordamos como el hombre que enseñó a respirar con conciencia, moverse con inteligencia y habitar el cuerpo como un acto de libertad —incluida la libertad de beber y fumar sin límites.

